martes, 1 de mayo de 2007

Antítesis, Revista de Poesía, Nº 2, Por Luis Riffo (publicado en El Mercurio de Valparaíso)


Se sigue escribiendo poesía pese a la escasez evidente de lectores. Parece una tarea ineludible que alcanza el final de su primera etapa en la consumación de su acto público de aparición, a partir de lo cual iniciará un viaje incierto en busca de ese interlocutor esquivo. O como certeramente escribe Jorge Polanco Salinas, colaborador de Antítesis: “los escritores y lectores de poesía sabemos que los libros de poemas sufren de un movimiento lento y secreto, casi como si se estuviera realizando un tráfico ilícito”. Por fortuna, una revista como ésta, que se arriesga a concentrar sus esfuerzos en uno de los ámbitos menos mercantiles de la literatura, contribuye a acelerar el proceso de descubrimiento mutuo entre libros de poesía y lectores...

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Se sigue escribiendo poesía pese a la escasez evidente de lectores. Parece una tarea ineludible que alcanza el final de su primera etapa en la consumación de su acto público de aparición, a partir de lo cual iniciará un viaje incierto en busca de ese interlocutor esquivo. O como certeramente escribe Jorge Polanco Salinas, colaborador de Antítesis: “los escritores y lectores de poesía sabemos que los libros de poemas sufren de un movimiento lento y secreto, casi como si se estuviera realizando un tráfico ilícito”.
Por fortuna, una revista como ésta, que se arriesga a concentrar sus esfuerzos en uno de los ámbitos menos mercantiles de la literatura, contribuye a acelerar el proceso de descubrimiento mutuo entre libros de poesía y lectores. De hecho, la entrevista a Rubén Jacob, realizada por el también poeta Eduardo Jeria, rescata una voz casi desconocida y logra despertar el interés por una obra que, como tantas otras, parece condenada al olvido en una provincia que tiende a disolverse en un silencio obstinado. Asimismo, Ismael Gavilán, poeta y académico, aporta unas notas de análisis y una selección de textos que complementan el testimonio personal, de modo que la figura del autor avecindado en Quilpué se nos ofrece con las dosis precisas de información biográfica y configuración de una interesante poética.
El tema central de este número está dedicado a Gonzalo Millán, cuya fotografía ilustra en su totalidad la portada de la revista. Los artículos de Jorge Polanco y Sergio Muñoz vienen a reforzar mi impresión de que la poesía de Millán es una de las más influyentes para las generaciones posteriores a la del sesenta. La admiración que despierta su obra, tanto como su persona, parecen relacionarse con esa actitud de rigor frente al lenguaje y de lucidez frente a la vida a la que aspira todo escritor que vea en el oficio un camino de búsqueda sin sosiego, y no la vacuidad del aplauso. Personalmente, comparto las emociones de dos momentos consignados por los autores de los artículos: la aparición de Millán leyendo uno de los fragmentos más hermosos de La ciudad al final de la película Allende, y las palabras del poeta cuando vino a La Sebastiana hace algunos años: “la vida es dura, y a mí me cuesta vivir”. En ese sentido, el homenaje que se le tributa tiene el doble mérito del afecto y el conocimiento respecto de una obra cuya intensidad y riqueza parece aumentar con cada nueva lectura.
Igualmente destacable es la traducción que de algunos de los poemas de Georg Trakl realiza Sven Olsson-Iriarte, quien ya había publicado un libro-homenaje dedicado al poeta austriaco en 2002 bajo el sello de la Editorial Universitaria. Trakl ha sido redescubierto como uno de los autores fundamentales del siglo veinte, a la altura de Rilke o Pessoa. Las versiones bilingües de los poemas están precedidas de una explicación que detalla las dificultades y opciones que intervinieron en la tarea de traducir, y donde se destaca el intento de rescatar la poesía universal desde el registro lingüístico particular de Latinoamérica, en circunstancias que nuestras lecturas están generalmente mediadas por traducciones españolas.
Una muestra de poesía de jóvenes de la región y reseñas de libros completan un trabajo consistente y coherente, en la que se hacen notorios no sólo el entusiasmo sino también la pericia de un equipo editorial –dirigido por Gonzalo Gálvez– que ha asumido un trabajo con claridad y calidad. Otra virtud: la revista se puede conseguir gratuitamente en las librerías Universidad, Cumming 1, Crisis y Altazor, en el Café con Letras y el Café De Wilk. Así que no hay excusas.

marcelo arancibia dijo...

viva Riffov,el terrolismo te saluda

marcelo arancibia dijo...

Fe de gatas: Donde dice terrOlismo; debe decir TERROLIRISMO.
ok

Anónimo dijo...

excelente revista...luego vendrá el número 4, ocasión en que se pueda concretar también y en conjunto con la revista el lanzamiento oficial de los marcalibros.

un abrazo Gonzalo